Buhera Gourd Basket

MAURICIO REUS-Buhera Gourd Basket 1

Buhera Gourd Basket

Art of Zimbabwe

Sostenibilidad

Una reinvención de la cesta de Buhera proveniente de la artesanía textil de Zimbabwe. Mediante la ayuda de una nueva infraestructura se consigue realizar una estructura completamente esférica. Realizadas de manera sostenible igual que sus ancestros hace siglos, mediante la utilización de las fibras de las hierbas locales de Zimbadwe.

El trenzado de las fibras es una técnica artesanal ligada a la tradición cultural y la herencia de una maestría característica de su lugar de origen. Tejidas por mujeres como Grace Ngwenya, una artesana de Zimbadwe de 77 años.

Las cestas están realizadas durante la temporada de lluvias en Zimbadwe, normalmente de mediados de diciembre a mediados de abril. El proceso de fabricación de una de las cestas de tamaño mediano, suelen tener una duración aproximadamente de 6 días. Hay muy pocas unidades disponibles, ya que las mujeres tienen que invertir su tiempo principalmente en cultivar.

Artesanía

Cada cesta está tejida individualmente a mano por la tribu Bohero, utilizando hierbas locales del distrito de Buhera de Zimbabwe. Los artesanos locales son el alma del producto, son los que combinan técnicas tradicionales y crean un patrimonio cultural.

Son utilizadas por los miembros de la tribu para almacenar alimentos y para transportar grano y semillas de las tierras de cultivo a las aldeas.

Cada cesta varía en color, tamaño y forma añadiendo encanto y carácter único. Debido a la naturaleza de los métodos de producción y el uso de materiales naturales, cada producto puede variar ligeramente en ambas dimensiones y coloración, estas variaciones naturales mejoran la autenticidad de cada artículo, Po lo que no hay dos cestas idénticas en forma o tamaño. Las cestas Buhera además de aportar su función, también aportan contraste, textura y un ambiente auténtico.

Impacto social

Apoyamos a las mujeres rurales de Buhera a dirigir una innovadora empresa de cestería que les genera un ingreso digno, preserva una artesanía local y les permite armarse contra los fenómenos meteorológicos extremos mediante la inversión de sus ganancias en agricultura sostenible.

Desde 1997 varias mujeres se reunieron para producir cestas y otras artesanías con productos forestales locales. Una década después tienen 3.638 artesanas oriundas de todo el distrito. Sus ingresos promedio pasaron de un dólar por mes a 50, y en mayo una de ellas llegó a ganar 700 dólares con sus ventas.

Los ingresos por la venta de artesanías se triplicaron en dos años, de 10.000 dólares en 2012 a 32.000 dólares en 2014. Las socias se distribuyen las ganancias y el Centro se queda con 15% para cubrir sus gastos administrativos y el pago de impuestos. Las integrantes del colectivo aportan cinco dólares anuales para los gastos operativos, lo que representa 31% del total. El 69% restante lo aportan los donantes.

Para una comunidad que apenas podía cumplir con sus tres comidas diarias, es un gran paso hacia una vida más decente. Las mujeres asumieron las actividades agrícolas y están trabajando junto con los hombres para mantener a sus familias.